Síndrome del impostor

Síndrome del impostor
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Síndrome del impostor: ¿Qué es el síndrome del impostor? Hace unos días nos encontrábamos con un mensaje publicado en Twitter en donde el famoso cantante Dani Martín. Compartía su vivencia con el síndrome del impostor y el malestar que el mismo puede generar:

Post Dani Martín

¿En qué consiste el síndrome del impostor?

A pesar de que este síndrome no está recogido en manuales clínicos, entre ellos el DSM 5, manual por el cual se rigen la mayoría de los psicólogos clínicos. Es indiscutible que genera un malestar a nivel emocional y sin duda es más frecuente de lo que pensamos. De hecho, existen estudios que indican que 7 de cada 10 personas lo habrían experimentado en algún momento de su vida y es frecuente encontrarlo en consulta. 

La doctora Valerie Young, autora del libro Los pensamientos secretos de las mujeres exitosas asegura que millones de personas (exitosos directivos de empresa, actores, estudiantes…) están realmente preocupados por no poder ser igual de capaces como el resto piensa.

Este síndrome suele darse en aquellas personas que han conseguido y obtenido una alta posición de reconocimiento y relevancia en su trabajo. Pero , a pesar de ello por motivo de una sensación de baja autoestima, no sienten que son tan válidos o buenos como los demás piensan.

Todo ello le lleva a estar personas a pensar que ellos mismos son un fraude y que por tanto en algún momento alguien se dará cuenta de que realmente no son tan buenos como piensan. En este caso, estas personas viven con ansiedad la posibilidad de que llegue el día en que les descubran. A menudo se preguntan: ¿Cómo he llegado hasta aquí si yo en realidad no soy tan bueno?. O piensan: “Todo esto lo he conseguido gracias a la ayuda que me ha proporcionado esta persona”. A este síndrome también se le conoce como síndrome del fraude.

Síntomas

Tanto la autoexigencia como el perfeccionismo son habituales en personas que lo padecen generando de esta manera estrés en el desempeño de las tareas. En este caso, dicha ansiedad o estrés podría derivar en:

  • Bloqueos mentales
  • Nerviosismo
  • Dificultades en asertividad
  • Sentimiento de tristeza
  • Sentimiento de desmotivación
  • Sentimiento de culpa cuando hemos hecho algo bien (puede formar parte de la autocrítica de pensar que no lo hemos hecho tan bien como deberíamos o por otra parte, porque no son sentimos cómodos ante el logro)
  • Elevada autoexigencia (dejamos de ver con claridad todo lo que hacemos)
  • Baja autocompasión (no me trato con cariño y me convierto en mi peor enemigo)
  • Falta de reconocimiento de mis propias fortalezas
Síndrome del impostor
Síndrome del impostor

¿Por qué puede suceder?

Partiendo de la base de que todas las personas tenemos algún talento natural. Es decir, podemos llevar a cabo actividades como en algunos casos cantar, pintar o comunicar con un rendimiento por encima de la media y con cierta facilidad. Debemos tener en cuenta que, en el caso del talento, la actividad o desempeño que se lleva a cabo suele tener lugar de una “manera fácil”, que en ocasiones nos puede suponer poco esfuerzo.

Siguiendo esta línea, al haber aprendido socialmente que solo por lo que te esfuerzas es lo que verdaderamente tiene valor. El hecho de que “nos salga solo o con mayor facilidad” puede hacernos pensar que tiene menos valor. Todo ello conlleva en un sentimiento de poca confianza e inseguridad.

Por otro lado, en ocasiones, recordar algunos aspectos de tu infancia como por ejemplo pensar que tus notas nunca fueron suficientes para tus padres. O que pudiste de algún modo ser eclipsado por alguno de tus hermanos, puede dejar un impacto duradero y se interioriza aquello de: “Para que me quieran, tengo que lograr esto”.

Detrás de todo ello, también se puede encontrar el miedo al fracaso. Hay personas que presentan dificultades para tolerar el error y dicho sufrimiento resulta difícil de gestionar.

¿Qué podemos hacer?

En primer lugar, si nos sentimos identificados con lo leído anteriormente, lo primero que tenemos que lograr es ser capaces de atribuir nuestro éxito con factores internos. Es decir, pensar, por ejemplo: Yo canto así de bien, porque soy capaz de controlar mi respiración de manera perfecta.

Junto a ello, debemos entender que nuestros pensamientos no tienen por qué ser verdaderos. Pueden estar cargados de miedos e inseguridades, poniéndolos en duda podemos cambiarlos por otros pensamientos que resulten menos dañinos. Además, puede resultar muy útil compartir todos estos pensamientos o sentimientos con personas de confianza, sabiendo que no nos van a juzgar.

Es importante que nos paremos a pensar, con humildad, en que medida nosotros mismos hemos intervenido en la consecución de cada uno de nuestros éxitos. Alejándonos de aquellas creencias basadas en lo externo como puede ser “el factor suerte” o la ayuda proporcionada por otras personas. De esta manera, poniéndolo en práctica podremos conseguir ser conscientes de que somos merecedores de nuestros éxitos y premios. La gente nos admira porque tenemos algo especial y a pesar de que existe ese “factor suerte” y que puede que hayas nacido con ese don. Sin trabajo y esfuerzo igual una persona no es capaz de llegar así de lejos.

La realidad es que la mayoría de las personas a lo largo de nuestra vida nos podemos sentir impostoras, lo importante es reconocerlo, ser realista, poner en duda todos aquellos pensamientos y ser consecuentes con nuestras capacidades.

En caso de que aun habiéndote sentido identificado con todo lo comentado y considerar que el malestar y sufrimiento que te causa el síndrome del impostor te limita tu calidad de vida, puedes ponerte en contacto con nosotros y desde EDS ¡podemos ayudarte! www.edspsicología.com

Artículo elaborado por:

Fátima Maestu Ortega

Psicóloga

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