¿Por qué es importante hablar del suicidio?
El 10 de septiembre, es día mundial para la prevención del suicidio. En primer lugar, debemos tener en cuenta que hablar del suicidio puede ayudarnos de algún modo a terminar con el estigma que ha sido creado a lo largo del tiempo, proporcionándole de esta manera la importancia que conlleva al formar parte de una realidad de miles de personas. Además, resulta de una gran utilidad hablar del suicidio a la hora de proporcionar ayuda y poder empatizar con el sufrimiento.
Abordar el suicidio también es importante a la hora de prevenirlo, puesto que en numerosas ocasiones podemos encontrarnos con determinada información que no clarifique o nos confunda a la hora de entender qué es y no es la conducta suicida. Junto a ello, Andoni Anseán, presidente de la Fundación Española para la Prevención del Suicidio: “Si no somos conscientes, no lo vamos a solucionar, la prevención se debe normalizar”. Hay que preocuparse y ocuparse del problema para poder solucionarlo.
Desafortunadamente, la gran mayoría de nosotros sabemos que pensamientos tales como: “Para vivir así, prefiero no vivir” o “No puedo más” son más comunes de lo que pueda parecer. Hablar del suicidio nos ayuda a acercarnos a aquellas personas que puedan estar en esa situación de riesgo, dándonos la oportunidad de trasmitirles un mensaje: “Estoy aquí si me necesitas y puedo ayudarte”.
Aclaración de términos
Antes de continuar con el contenido del artículo, al estar teniendo en cuenta la prevención, conviene que nos familiaricemos con una serie de términos que a menudo parecen confundirse:
- Conducta suicida: Aquella conducta llevada a cabo por la persona que le conduce a la muerte. En este caso, si la persona llega a morir, se trataría de un suicidio consumado. Por otra parte, si se alcanza una situación de gravedad estaríamos ante un suicidio frustrado.
- Ideación suicida: Se trata del conjunto de pensamientos, ideas o deseos de cometer el acto suicida.
Un mito: El suicidio no se puede prevenir
A menudo, nos encontramos con esta creencia. Es importante tener en cuenta que la prevención es posible además de necesaria en el caso del suicidio. Dándole voz no solo al tema del suicidio sino también hablando de sufrimiento, tristeza, malestar e incluso dolor se puede aprender acerca de cómo acompañar a los demás e incluso regular todas esas emociones que en ocasiones podemos tender a ocultar.
El suicidio es multicausal
En este caso, el sufrimiento de la persona puede no ser la única causa de que ella decida acabar con su vida, sino que existen factores biológicos, psicológicos e incluso culturales que pueden interferir en la decisión de quitarse la vida.
No obstante, el sufrimiento subyace al suicidio, situando a la persona en un extremo de vulnerabilidad. De una forma aún más precisa podríamos decir que sería la manera de percibir ese sufrimiento aquello que contribuiría a que la persona tomará dicha decisión. A pesar de que distintas personas pasamos por una situación similar, como puede ser la muerte de un ser querido, la forma de gestionar y percibir el sufrimiento y dolor es individual, no universal.
¿Cómo podemos ayudar?
Es posible que conozcas a alguna persona que presente tendencias suicidas y no sepas cómo ayudarle. En estos casos, detectar posibles señales de alerta e incluso obtener conocimiento de recursos disponibles resulta fundamental.
Algunas de las principales señales de alerta pueden ser:
- La persona muestra poca voluntad de vivir o insatisfacción y lo comenta con las personas más cercanas.
- Realiza conductas de acercamiento al suicidio que conllevan una serie de preparativos para morir. Por ejemplo realizar el testamento o visitar a personas para despedirse.
- Aparecen cambios de humor como la disminución de sufrimiento y tranquilidad.
- Expresa el deseo de quitarse la vida.
- Son frecuentes algunos comentarios como: “No pinto nada aquí”, “No valgo para nada”, “Quiero dejar de ser una carga” o “Pronto terminará este sufrimiento”. También suelen aparecer frases de despedida como: «No te preocupes, estaréis bien» o «Perdóname por no tener valor de continuar».
- Le cuesta transmitir emociones y muestra apatía ante actividades cotidianas.
- Busca información relacionada con las autolesiones e incluso adquiere objetos que puedan facilitar el acto suicida.
- Presenta desesperación y desesperanza frente al futuro.
De la misma manera en la que es importante saber qué hacer o qué decir, también debemos saber aquellas cosas que debemos evitar decir o hacer para no agravar la situación.
En primer lugar, debemos evitar juzgar o tratar de dar lecciones morales. No es nada fácil para la persona transmitirnos aquello que le está pasando e incluso ese deseo de morir. No es el momento para tratar de cuestionar a la persona. Por otra parte, debemos evitar tratar de minimizar los problemas de la persona y de esta manera que la persona se sienta avergonzada o presionada para cambiar de opinión.
Finalmente, es importante recordar que aunque ante estos casos podemos pensar que nuestra ayuda no es de utilidad. Más allá de qué hacer o qué decir lo importante es que la persona sienta que estamos ahí para ella, para escucharla. Como decía Carl Rogers: “La verdadera escucha es una de las fuerzas más potentes para el cambio que conozco”.
Recuerda que para prevenir el suicidio es importante que hablemos de suicidio. Aún sin como amigo o familiar puedes centrarte en escuchar y aconsejar ser ayudado por un profesional. Desde EDS Psicología podemos ayudarte, no dudes en contactar con nosotros si necesitas más información.