Ansiedad Laboral: factores, síntomas y prevención:
Antes de comenzar, podríamos definir la ansiedad patológica como una respuesta fisiológica generada por unos pensamientos recurrentes e intrusivos que provocan en la persona emociones de miedo, rabia e inquietud.
Se habla de ansiedad laboral cuando los pensamientos recurrentes e intrusivos tienen que ver con el trabajo, ya sea dentro o fuera del ambiente laboral. pudiendo llegar a ocasionar graves consecuencias negativas de cara a su salud mental y física como en la efectividad y productividad de la persona que los padece.
Factores desencadenantes:
En cuanto a los factores desencadenantes no hay una sola causa de dicha problemática. Hemos procedido a enumerar algunos en función de tres tipos de factores.
Personales:
- Altos niveles de perfeccionismo
- Alta exigencia
- Miedo a equivocarse, por lo que muchas veces decide no participar y arriesgar lo menos posible, generando desconfianza todas aquellas conductas o acciones que supongan salirse de su zona de confort
- Tendencia a intentar tener todo bajo control (personas muy organizadas y estructuradas)
- Mala organización del trabajo
Sociales:
- Malas relaciones entre compañeros, ya sea con el jefe o con cualquiera de nuestros iguales, generando un ambiente hostil y conflictivo
- Mobbing o acoso laboral
Relacionados con el trabajo:
- Poca comunicación
- Participación baja o nula en las tomas de decisiones
- Exceso de responsabilidad
- tiempos de entrega muy limitados
- Roles no definidos
- Tareas confusas o incoherentes
- Escaso control sobre el trabajo realizado
- Inadecuadas políticas de seguridad y salud
- Horarios estrictos y poco flexibles (generan insatisfacción y malestar con la empresa)
- Inadecuada carga de trabajo (tanto la infracarga como la sobrecarga pueden ser causantes de ansiedad y/o estrés).
Síntomas para poder identificarla:
Los síntomas más corrientes y comunes, que tienden a padecer todos los pacientes con ansiedad suelen encontrarse catalogados dentro de los tres tipos de síntomas: los psíquicos, físicos o sociales.
Físicos: dentro de este tipo de síntomas, es corriente encontrarnos con síntomas como, por ejemplo: sensación de falta de aire, taquicardias, palpitaciones, opresión en el pecho, musculatura tensa, desorden alimenticio, mareos, cansancio, alteraciones de sueño, escalofríos o sudoración excesiva.
Psicológicos: podemos toparnos con síntomas como podrían ser: sensación de amenaza o peligro, inseguridad, dificultad para tomar decisiones, sospechas, despersonalización, bloqueos, impulsividad, dificultades en la atención, concentración, pérdidas de memoria, los descuidos, pensamientos que nos son reales ( irreales), los despistes, los pensamientos distorsionados, tener una obsesión por el perfeccionismo, la dificultad para dormir, comúnmente conocido como insomnio.
Sociales: aislarse del entorno, dificultades verbales para expresar una opinión, dificultad para defenderse, falta de recursos, temor excesivo a los conflictos, irritabilidad.
Cabe destacar como no todas las personas padecen la enfermedad con la misma intensidad, ni con los mismos síntomas. Depende siempre de la persona y predisposición biológica y/o psicológica, del conocimiento de distintas herramientas para evitar la ansiedad, de la duración en el tiempo.
¿Cómo podemos prevenir la ansiedad laboral?
- Ejercicio físico: No solo es recomendable porque nos van a permitir conseguir una buena salud mental y física, sino porque, además, nos va a permitir desconectar del trabajo o de todas esas cosas que tenemos pendientes. Ayuda en gran medida a reducir la ansiedad laboral. 30 minutos al día serían suficientes, siendo todo el mundo capaz de sacarlos con una buena organización y gestión del tiempo.
- Entretenimiento, ocio o apoyo social: debemos de aprender a relajarnos y desconectar, ya sea a través del ocio o apoyo social, o entreteniéndose con aquellos hobbies que nos apasionan y que nos van a permitir desconectar de la carga de trabajo.
- Evitar el sentimiento de culpabilidad. El poder desconectar es una actividad igual de importante que atender de manera responsable a las obligaciones, por lo que el sentimiento de culpa debe de desaparecer cuando estemos haciendo otras tareas que no estén relacionadas con el trabajo.
- Pedir ayuda a un experto, a un profesional: siempre es aconsejable buscar ayuda y apoyo en personas cualificadas y formadas para ello. Además, un especialista puede evaluar nuestro caso de ansiedad y ser capaz de establecer una terapia adecuada para reducir dichos niveles.
- Descanso: imprescindible para rendir bien en el día a día, y favorecer un buen estado de ánimo.
- Resolución de problemas: en ocasiones, siempre y cuando los problemas se puedan resolver, debemos de ocuparnos de ellos tratando de dar con su solución. En caso de no poder, debemos de saber aceptar que no hemos sido capaces de encontrar la solución y que quizás necesito de otras personas para resolverlos.
- Ser conscientes: conseguir desarrollar nuestra capacidad de análisis y de reflexión para así ser capaces de pensar con calma y realista a lo que nos estamos enfrentando.
- Gestión del tiempo: muchas veces, la ansiedad aparece por una mala gestión y organización del tiempo, por lo que es recomendable no solo el saber gestionar bien el tiempo y el que hacer con él, sino el ser capaces
Para poder aprender a gestionar la ansiedad puedes acudir a un especialista para aprender técnicas que nos ayuden a manejar mejor la ansiedad.
Puedes entrar en nuestro enlace y pedir consejo.
Además no te puedes perder nuestros artículos y consejos que compartimos en nuestras redes sociales.
Artículo elaborado por:
Mario Mielgo Pastor
(Estudiante de Psicología Universidad Villanueva)
