Síndrome postvacacional ¡¡…Pues ya estamos nuevamente trabajando!!
Estos días de descanso han podido servir para desconectar de la rutina, que resulta para la mayoría de las personas bastante positivo.
Sin embargo, la vuelta al día a día nos puede ocasionar una serie de síntomas físicos y psicológicos, el llamado “síndrome postvacacional”
Ojo, este síndrome no solo afecta a algunos trabajadores, también puede ser padecido por las personas desempleadas, que tras el disfrute de un periodo con la familia y/o amigos se encuentran otra vez con la dura realidad de sentirse solos y en circunstancias complicadas.
Una definición sencilla de este síndrome es: la dificultad de adaptación al cambio en los hábitos y emociones al finalizar las vacaciones en relación a la vuelta a la vida normalizada “laboral”.
El que mejor lo explica Leo Harlem. sin desperdicio.
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Estos días de descanso han podido servir para desconectar de la rutina, que resulta en la mayoría de las personas bastante positivo.
Sin embargo, la vuelta al día a día a algunas personas les ocasiona una serie de síntomas físicos y psicológicos, el llamado “síndrome postvacacional”
Ojo, este síndrome no solo afecta a algunos trabajadores, también puede ser padecido por las personas desempleadas, que tras el disfrute de un periodo con la familia y/o amigos se encuentran otra vez con la dura realidad de encontrarse solos y en circunstancias complicadas con respecto al sector laboral.
Una definición sencilla de este síndrome es: la dificultad de adaptación al cambio en los hábitos y emociones al finalizar las vacaciones en relación a la vuelta a la vida normalizada “laboral”.
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Los efectos de este síndrome pueden ser:
– Síntomas físicos como cansancio generalizado, fatiga, falta de sueño, dolores musculares, falta de apetito o de concentración…
– Síntomas psíquicos como irritabilidad, tristeza, falta de interés o nerviosismo…
Sencillos consejos para poder superar este síndrome:
– Aceptar que nuestros hábitos de sueño y alimentación han variado en estos días vacacionales, por lo que habrá que ir cambiando los horarios de sueño con serenidad y sin agobios. Como norma general este hábito se restablece a los pocos días del cambio.
– Realizar actividades lúdicas en combinación con el trabajo, tras la jornada laboral.
– Recordar las vacaciones, sin introducir pensamientos o frases de tipo destructivo: “qué horror, ahora a trabajar, otro largo año sin vacaciones”, etc. Lo mejor es una actitud optimista de las vacaciones y el trabajo.
– Y por último, intenta sonreír. Si sonríes, puedes cambiar tu estado de ánimo. Tomar conciencia de las cosas buenas que tenemos a nuestro alrededor (familia, hijos, trabajo, casa, amigos…) ayuda a minimizar este «síndrome»
Tras estos consejos recomendamos ver como lo explica Leo Harlem.
Desde EDS esperamos que con estos consejos te sientas bien y tu adaptación a la nueva actividad te sea más llevadera.
