Pensamientos obsesivos/intrusivos, ¿los tenemos todos? ¿Qué son los pensamientos obsesivos/intrusivos?
Los pensamientos obsesivos intrusivos son ideas, imágenes o impulsos que entran en la mente de manera repetitiva, frecuente y no deseada. Estos pensamientos pueden centrarse en temas variados, como miedos relacionados con la seguridad, dudas existenciales, impulsos de hacer daño a uno mismo o a otros, o preocupaciones sobre la moralidad o la decencia. A pesar de su naturaleza perturbadora, es crucial entender que estos pensamientos no reflejan las intenciones o deseos reales de quien los experimenta.
Prevalencia
Los estudios sugieren que casi todo el mundo experimentará algún tipo de pensamiento intrusivo en algún momento. De hecho, según un estudio, el 93% de las personas ha experimentado al menos un pensamiento intrusivo en los últimos tres meses. (Radomsky et al., 2014). Esto indica que, lejos de ser un fenómeno aislado o anormal, los pensamientos intrusivos son una faceta común de la psicología humana.
Modelo situación-pensamiento-emoción-conducta
El modelo situación-pensamiento-emoción-conducta es una forma de entender cómo las situaciones externas pueden desencadenar una cadena de reacciones psicológicas que afectan nuestro comportamiento y bienestar emocional. Comienza con una situación específica, que puede ser un evento externo o incluso un recuerdo o anticipación. Esta situación lleva a ciertos pensamientos o interpretaciones, que son nuestras respuestas cognitivas personales basadas en nuestras creencias, experiencias pasadas y expectativas. Estos pensamientos influyen en nuestras emociones; por ejemplo, pensar que estamos en peligro puede generar miedo. A su vez, nuestras emociones pueden influir en cómo actuamos, dando lugar a conductas que pueden ser constructivas o destructivas.
El manejo de las emociones en este proceso es crucial, ya que una respuesta emocional mal gestionada puede contribuir al desarrollo de patologías. Por ejemplo, si alguien interpreta constantemente situaciones neutras como amenazantes, puede experimentar ansiedad crónica, lo que podría desencadenar un trastorno de ansiedad si no se maneja adecuadamente. Por otro lado, la habilidad para reevaluar y modificar pensamientos disfuncionales puede aliviar la intensidad de las emociones negativas y conducir a respuestas conductuales más saludables.
Ejemplos
- Temores sobre la seguridad o el bienestar: Preocuparse repentinamente de que no cerraste la puerta con llave o que dejaste el horno encendido, incluso si hay poca o ninguna evidencia de que esto sea cierto.Imágenes violentas o alarmantes: Imaginar de repente que uno está hiriendo a alguien querido o siendo responsable de un accidente grave.
- Pensamientos sobre enfermedades o muerte: Pensamientos intrusivos sobre contraer una enfermedad grave o preocupaciones inesperadas sobre la muerte de uno mismo o de seres queridos.
- Dudas sobre las relaciones o decisiones importantes: Cuestionar continuamente la integridad de una relación romántica o la propia orientación sexual sin una razón evidente. Impulsos inapropiados: Sentir un impulso repentino de gritar en un lugar público o de comportarse de manera inapropiada en situaciones sociales.
- Preocupaciones sobre la higiene o la contaminación: Pensamientos intrusivos sobre estar sucio o contaminado, o sobre contaminar a otros, incluso cuando no hay riesgo real.
Causas
Aunque no hay una sola causa identificada para los pensamientos intrusivos, los expertos creen que son el resultado de una interacción de factores biológicos y ambientales. El estrés, por ejemplo, puede aumentar la frecuencia y la intensidad de estos pensamientos. Además, las personas con trastornos de ansiedad, trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), o depresión son más propensas a experimentarlos de manera más intensa y frecuente.
Manejo de pensamientos intrusivos
- Aceptación: Aprender a aceptar la presencia de estos pensamientos sin juzgarlos es un primer paso crucial. Reconocer que son simplemente productos de la mente y no reflejan nuestras verdaderas intenciones puede ayudar a reducir su impacto.
- Técnicas de mindfulness: Practicar la atención plena puede ayudar a observar los pensamientos sin engancharse con ellos. Esto implica notarlos cuando surgen y permitir que pasen sin reaccionar de manera emocional.
- Terapia: En casos donde los pensamientos intrusivos son persistentes y afectan la calidad de vida, buscar ayuda profesional puede ser beneficioso. Terapias como la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) son efectivas en el tratamiento de los trastornos relacionados con pensamientos intrusivos.
- Psicoeducación: Informarse sobre la naturaleza de los pensamientos intrusivos puede aliviar la ansiedad que generan. Entender que son comunes y no indicativos de un defecto personal puede ser liberador.
Pensamientos obsesivos/intrusivos, ¿los tenemos todos?
Aunque los pensamientos obsesivos intrusivos pueden ser perturbadores, es importante recordar que son una experiencia casi universal. No definen quién eres y, con las estrategias adecuadas, su impacto en tu vida puede ser manejable. Si los pensamientos intrusivos están afectando significativamente tu vida, considera buscar apoyo profesional. No estás solo, y hay ayuda disponible.
Radomsky, A. S., Alcolado, G. M., Abramowitz, J. S., Alonso, P., Belloch, A., Bouvard, M., Clark, D. A., Coles, M. E., Doron, G., Fernández‐Álvarez, H., García‐Soriano, G., Ghisi, M., Gómez, B., İnözü, M., Moulding, R., Shams, G., Sica, C., Simos, G., & Wong, W. S. (2014). Part 1—You can run but you can’t hide: Intrusive thoughts on six continents. Journal Of Obsessive-compulsive And Related Disorders, 3(3), 269-279. https://doi.org/10.1016/j.jocrd.2013.09.002
Miguel Martinez Catalá y Susana Piédrola Sureda
Estudiantes de 4º de Psicología de la Universidad Villanueva